Vengo, Señor, de lejos... 

Autor:  Luis Gorosito Heredia


Vengo, Señor, de lejos. El camino 
del monte huraño entre las zarzas duras
más de una vez rompió las vestiduras
y el corazón del pobre peregrino.

Pero ¿qué importa, si eres el divino
Samaritano, que todo lo curas:
el cuerpo enfermo con tus manos puras
y el alma triste con tu alegre vino?

Por eso vengo a Ti, con un profundo
y escondido dolor, con ansias vivas
de cegar en la gloria de tu nombre,

de abandonar la vanidad del mundo...
de que moremos, entre siemprevivas,
Tú y yo, mi amado, solos en la cumbre.