Un motor en la silla de ruedas

Autor:

Enviado por: Sergio Irizarry

 



Había dos mujeres sobre sillas de ruedas. La más fuerte se movía empujando
su silla con sus brazos fuertes. La otra mujer era más débil, más chiquita,
pero le había puesto un motor a la silla de ruedas, y sin hacer fuerza, con
sólo un botoncito, andaba más rápido que la otra.

Señor Jesús, Hijo de Dios, que sepa usar mi inteligencia, mi ingenio, mi
creatividad. Esa inteligencia que me diste para poder llegar más rápido
adonde quiero, para solucionar de la mejor manera las dificultades de la
vida sin quedarme paralizado ante el menor problema, quejándome de ti y de
la vida.

Que sepa usar las cosas, que sepa usar bien la fuerza física si la tengo.
Que sepa usar la inteligencia, la experiencia. Que sepa usar bien la
simpatía si tengo simpatía, que sepa usar mi fuerza espiritual para superar
los obstáculos. Que sepa usar también la ayuda de los demás, y que sepa
ayudar inteligentemente a los demás.

Seguramente no tengo todo lo que podría, lo que querría, o lo que imagino
que debería tener para andar la vida y también la procesión de adentro. No
tengo todo pero algo tengo, y con eso es suficiente para seguir adelante
cuando hay corazón.

Señor, que sepa descubrir lo que tengo para ayudarme en el camino y también
ayudar a los demás.
Gracias Señor.