Un famoso Rabino

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Una vez un famoso rabino, que vivía muy modestamente, recibió en su casa la visita de una de las personas mas acaudaladas de Europa, que se encontraba de paso por esa ciudad.

El rabino era todo un erudito y tanto renombre tenia su sabiduría, que el
millonario no quiso desaprovechar la oportunidad de conocerlo. Al ingresar en la casa del rabino, fue muy grande su sorpresa al encontrarse con una pequeña habitación un tanto oscura y con pocos muebles. Luego de conversar con el rabino, y deleitarse con su sabiduría, no pudo dejar de preguntarle al rabino:

Rabino, es usted uno de los eruditos mas grandes de nuestra época, por que vive de una manera tan precaria?,  porque no se muda a una casa mas grande, mas linda, mas acorde a lo que usted se merece? El rabino prefirió evitar la respuesta en ese momento, y prometió responderle en un próximo encuentro, esta vez en la habitación del hotel donde se alojaba el acaudalado visitante.

A los pocos días el ilustre rabino se presenta en el hotel y el rico lo
invita a pasar a su habitación. Aquella habitación, como todas las de
aquella época en esa pequeña ciudad, era una pequeña habitación con una cama y un armario, sin baño privado. el rabino frunció el ceño y asombrado le pregunta al millonario:

Dígame, buen hombre,  como una persona como usted puede vivir en un lugar tan precario como este?, usted se queja de mi pero yo por lo menos además de cama y armario tengo mesa y sillas, además tengo baño privado..., la respuesta de aquel importante hombre no se hizo esperar: Rabino, me extraña su pregunta, usted bien sabe que me encuentro de paso por este sitio, no me molesta hospedarme en una habitación así en mi corta estadía por aquí.

El rabino sonrió y le contesto: Yo sabia que una persona inteligente como
usted iba a estar de acuerdo conmigo. Yo pienso exactamente como usted, es por eso que vivo donde vivo. Yo también estoy de paso por este mundo, es solo un pasillo hacia el verdadero mundo, es por eso que no quiero dedicar todas mis fuerzas y mi dinero en un lugar que estoy de paso. Mi palacio y riquezas están en los libros que me rodean. Estos adornan mi sabiduría ya que por ahora mi palacio es mi mente y pensamientos. Esto lo lleno de Dios, decorando así mi palacio mental y espiritual con adornos de inmensa belleza.

Al cabo de unos años el rabino de viaje se encontraba de visita en la
ciudad donde vivía aquel acaudalado hombre quien gustosamente lo invito a conocer su casa, al ingresar al magnifico palacio, el rabino se detuvo a observar las grandes obras de arte, y los exquisitos detalles decorativos tan costosos, pero repentinamente, se torno hacia su anfitrión y se quedo mirándolo fijo, como si nada existiera a su alrededor; el millonario lo observo y le dijo que le pasa rabino,  hay algo que no le gusta?,  acaso usted no me enseño que no es importante todo esto, que estamos de paso por la vida?

El rabino le contesto, sigo opinando lo mismo, no cambie mi punto de vista, solo que al entrar a tu mansión, fue tanta las cosas bonitas para observar que deje de prestarte atención a ti, a lo que tu eres y me dedique a prestarle atención a lo que tu tienes, cuando me di cuenta percibí que debe ser muy triste que tu invites a un huésped y en vez de dedicarse a ti se dedica a lo que tu tienes, por eso interrumpí esa tonta postura y me dedique a ti como si nada existiera.

Pero ahora dime cuando la gente viene a visitarme a mi humilde casa no
tengo duda que lo hacen porque es a mi a quien valoran, en mi casa no hay lo que ver, pero cuando vienen a visitarte a ti en tu palacio, ¿¿es a ti a quien realmente visitan??  ¿¿es a ti a quien desean ver o a tus posesiones??