"Tu eres un Hombre"

Autor: Padre José Luis Hernando

 

 

Paz y bien para todos.


Seguimos hablando y tratando del tema de la madurez. Podríamos preguntarnos, pero bueno cuando podemos decir que una persona es madura o cuales son las cualidades para ser una ser una persona madura.
En primer lugar podemos decir que una persona no es madura si es neurótica, y todos mas o menos a veces sufrimos de ciertas neurosis. Y la neurosis es la incapacidad de adaptarse a la realidad propia o ambiental, entonces estamos protestando, nos desconcertamos, tenemos reacciones que la gente no entiende y que nosotros mismos a veces tampoco podemos explicar, precisamente por ésa incapacidad de adaptación, de integrarnos a ésa realidad que nos toca vivir en éste momento, que a veces no esperábamos, que está en contra de nuestros proyectos o planes, que va un poquito mas allá de nuestras capacidades, que nos produce frustración.
Pero el no saber como manejar la situación o manejar a esa persona nos puede llevar a una división de nuestra personalidad o a un desconcierto que a veces los psicólogos califican de neurosis.
Quien vive de convicciones, yo creo que es una persona madura, es decir es el hombre o la mujer de una sola pieza, o que tiene todas las piezas de su personalidad afectivas, social, emotiva, espiritual bien integradas y bien en equilibrio. Hay como una integración hay como una armonía, una cohesión en todos los valores. 
El inmaduro pues dice una cosa y hace otra, vive mas bien de la contradicción, no del convencimiento, no de la convicción está desintegrado. Cuando el caso es grave, pues repito que nos encontramos ante una neurosis de gentes con altibajos, muy entusiasmados hoy y mañana muy deprimidos o muy negativos, ¿No? 
Otras de las cualidades que podríamos considerar para calificar a una persona de un ser maduro tendríamos que decir que es aquel que conoce sus posibilidades y sus limitaciones. Que sí se acepta tal como es, que es realista consigo mismo, que vive en la verdad, de la verdad, con la verdad, por la verdad que sabe decir que no y también que tiene el valor de decir que si. Sabe lo que puede hacer y lo que no puede hacer. 
Por eso hay gentes que tienen una falsa actitud cuando a lo mejor se les exige algo desde el punto de vista cristiano. Nadie quiere quedar mal con Dios ni con la iglesia, y cuando a una persona se le dice, “Ud. va a misa”, que sé yo, en una pregunta para llenar a lo mejor una aplicación, pues todo el mundo dice mas o menos que sí, no cuantas veces, de vez en cuando. Pero no hay como un compromiso con la verdad, y al mismo tiempo hay un disimulo de la realidad tratando de presentar como falsas actitudes o falsas respuestas. ¿No? 
Hay mucha gente que siempre dice que sí a todo, por que si dice que no en ése momento se siente mal, piensa que la otra persona no le considera ya su amigo. Le invitan, ¿a qué sé yo?, Vamos a tener una fiesta o vamos a tener esa reunión, y a lo mejor pues inmediatamente dice: “allí estaremos, allí nos vemos,” y en el fondo pues sabe que tiene otro compromiso o sencillamente no tiene ninguna gana, o no se siente con esa obligación. Pero por no sentirse mal, ni hacer sentir mal a la otra persona prefiere tener una respuesta que no es de madurez, sino de inmadurez porque no está con la verdad, sino mas bien está con la falsedad. Como ven no puede haber un compromiso válido, auténtico, donde hay inmadurez. 
Yo les quisiera leer una especie de carta que dirigió un famoso poeta, Roger Kippling, se la dirigió a su hijo, a veces tal vez algunos la han leído en inglés. Se titula “Id” si, y para mí éstas palabras de este autor son como un resumen de lo que es verdaderamente un hombre maduro, o una mujer madura. Le dice el así a su hijo. “Si sabes conservar sereno tu cabeza cuando a tu alrededor todos pierden la suya, si en ti mismo confías cuando todos dudan, pero tienes en cuenta esas dudas también. “Si puedes esperar sin cansarte en la espera, y no permites nunca que el fracaso o la derrota amarga te destruyan, no te dejen destruido o caído en el suelo.” “Si sientes en tu carne la herida del desprecio pero cierras el paso al camino del odio.” “Si a pesar de todo esto, ni te sientes frustrado, ni te crees ser sabio, si es que puedes soñar sin dejar que los sueños se apoderen de ti.” “Si puedes tu pensar sin que ese pensamiento se haga tu único fin.” 
“Si ante la victoria, el triunfo o la derrota das a estos impostores un trato por igual.” “Si puedes escuchar la verdad que has hablado torcida y mutilada, calumniándote a ti.” “Si al contemplar tu vida que está rota en pedazos olvidando el cansancio que produjo el fracaso te inclinas sobre ella para volverla a unir.” “Si puedes arriesgar de tu vida las cosas, sin miedo y confiando por un mundo mejor y si al perderlo todo comienzas nuevamente sin soltar una queja de lo que se perdió.” 
“Si cercano a la meta otro se te adelanta, y sin embargo logras vencerte internamente, haciendo que tus nervios, tu corazón y músculos te sirvan mas allá de lo que pueden dar.” “Si te mantienes firme cuando todo fracasa, quedando sólo en ti el deseo que manda.” “Si hablas a multitudes sin llenarte de orgullo o caminas con reyes sin perder tu humildad.” “Si no logran herirte ni amigos ni enemigos, si los demás se acercan para contar contigo, y sabes que no siempre tu opinión va a contar.” “Si sientes en tus venas la grandeza del amor, algo que vale en ti mas que tu misma vida, entonces hijo mío tuya será la tierra y cuanto hay en ella, y lo que es mucho más, tú eres todo un hombre, tú eres una persona madura.
Creo que los pensamientos de este autor Kippling nos hacen pensar en muchas cosas en las que tal vez nosotros pues no estamos a la altura de la madurez que se nos exige.
Quisiera detenerme tal vez en alguno de estos pensamientos, “Si al contemplar tu vida que está rota en pedazos, olvidando el cansancio que produjo el fracaso, te inclinas sobre ella para volverla a unir.” Cuantas veces nuestra vida que es como una bella vidriera se hace pedacitos, añicos, y a veces pensamos, ya para que. No vale la pena el esfuerzo, no vale la pena el sacrificio ni la ilusión y entonces uno se siente cansado, o se siente completamente derrotado, el olvidar el cansancio que produjo el fracaso y el inclinarse sobre todos los trocitos de la ventana rota, sobre todos esos cristalitos, y comienza uno a unirlos y comienza de nuevo a presentar la claridad de su vida, eso es ser maduros, y como este pensamiento hay tantos otros. 
Solamente les digo que estos versos de Kippling los leía hace muchos años cuando era bien joven, cuando era un adolescente, y para mí se han hecho como una especie de desafío y una especie de orientación a la hora de plantearse uno si realmente es esa persona madura, con la que Dios o con el plan que Dios nos puso en el mundo, a lo que Dios nos está pidiendo o exigiendo, ya que somos sueños de Dios. Y a todos ustedes, pues les invito a que recojan estos pensamientos porque creo que son una luz muy linda para caminar con claridad por el camino hacia Dios.


Tengan todos mucha paz y mucho bien.