Todo lo que viene de Mí es bueno, déjense conducir

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Escribe y no te preocupes. Todo lo que proviene de Mí es bueno. ¿No entiendes en seguida lo que escribes? ¿Sabes por qué? Mira el bolígrafo. Tú eres para Mí el bolígrafo que muevo, haciéndote trazar los signos que expresan Mis palabras. Al principio no sabes pero te hago apta para explicar lo que antes no sabías, sin embargo no estás del todo inerte, porque mientras te muevo, también Me apoyo en tu inteligencia, pero sólo Me apoyo, porque así lo deseo.

Es cierto que Mis palabras toman color del espíritu que las recibe, como el bolígrafo puede escribir en rojo, negro o azul, según la tinta que sea de esos colores; si bien queda firme la relación que se da entre color y color, es siempre nada en comparación con las palabras que, en un color o en otro, pone la pluma en el papel. Así pues, la Palabra es Mía, el color es tuyo; por eso Yo Soy el brazo que mueve la pluma que, en todo color dirá siempre lo que quiero.

¿Entenderán el razonamiento los que deberían entenderlo? Te lo hago, precisamente por ellos. Y tú, ¿qué dices, qué temes? Temes lo mismo, lo sé; temes al enemigo, lo comprendo. Pero ten bien firme Mi garantía porque no puedo faltar a Mi Palabra.

Has roto unos papeles hace dos días. Esto es un ejemplo de lo que puedes cuando Yo no te asisto. El escrito era dictado por Mí, tú no has entendido. Te decía las metas altísimas en que la quietud es soberana, pero te has ofuscado porque te hablaba de querer repetirme en tí y te lo decía con cierta insistencia. ¿Por qué lo hiciste? ¿Habías entendido el juicio que Yo quería?

Por esto, no caigas de nuevo en eso y aunque hayas creído que Me agradabas, no He debido decírtelo claramente para advertirte. Ahora, está atenta, debes hacer lo que hace la pluma en las manos del que escribe, es decir, dejarse conducir. ¿Te gusta así?...

Jesús

Obtenido: Apostolado de la Nueva Evangelización