Ser humilde
Autor:
No seas nunca taciturno, metido demasiado dentro de un estrecho pesimismo, fruto quizá, de un desengaño, de un fracaso.
Levanta la frente que aún hay un cielo que sonríe, y regresan de nuevo las primaveras al morir el invierno!
Si ha caído marchita la flor de un ensueño, no te aflijas, espera y verás
cómo los rosales vuelven a dar rosas.
Así son las flores... duran muy poco, por eso no les atribuyas nunca una
maldad que no tienen. Dios las hizo así, sólo para las primaveras y cuesta
muchísimo conservarlas fuera de su estación.
Por el contrario ámalas, porque ellas te enseñan con sus vidas efímeras, a levantar la mirada más arriba, hacia el que nunca muere y es el amor...
No quieras ser como los sauces, siempre mustios, llorando al pie del río de la vida. Aprende del ciprés a recoger tus aspiraciones y elevarlas al cielo, enflaqueciendo su materia insensiblemente, hasta terminar en la
espiritualización de su cúspide...
Ama los mismos fracasos, las mismas flores que se marchitan al tocarlas,
porque te enseñan a soñar algo más sublime, a levantar tu mirada hacia la región azul de los cielos, donde está lo eterno, lo inmutable, lo divino...
lo que no muere...