Reglas de oro 

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Si conoces a un niño, ámalo.

 

Si conoces a un anciano, compréndelo.


Si conoces a un enfermo, consuélalo.


Si conoces a un solitario, dale tu compañía.


Si conoces a un débil, fortalécelo.

Todas esas cosas – niño, anciano, enfermo, solitario, débil – has sido o serás alguna vez. Necesitarás entonces amor, comprensión, consuelo, compañía y fortaleza. Da todo eso cuando te necesiten, y todo eso recibirás cuando lo necesites tú.