¿Qué hubiera sido de David sin Goliat?

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Para empezar, un desconocido. Quizás alguien que nunca hubiera descubierto su propia fortaleza y capacidad; una persona que se habría quedado con complejos de inferioridad.

Fue Goliat quien le brindó la oportunidad a David de descubrir sus talentos y reales fortalezas. Fue la amenaza del gigante que se acercaba lo que le permitió emplear su creatividad para lograr un gran resultado con mínimos recursos. En fin, gracias al dramático encuentro con el titán, David tuvo mucho que agradecer.

¿Tienes algún Goliat en estos momentos ante ti?. Quizás la historia se repita y pronto tendrás mucho que agradecerle.

Tus problemas son oportunidades disfrazadas: te permiten descubrirte, crecer, fortalecerte. Claro, sólo si tú así lo decides.

¿Te das cuenta?. Eres tú quien tiene el poder de elegir cómo responder ante tus adversidades y retos. Tus problemas no tienen la capacidad de predeterminar si tú avanzas o retrocedes, si asciendes o caes, si te fortaleces o te desmoronas. Ese poder es tuyo en la medida en que lo ejerzas.

Ante las adversidades tú puedes pedirle a la vida básicamente una de dos alternativas: por favor hazme las cosas más fáciles o permíteme hacerme más fuerte.

Al decir que un problema es grande, hay una pregunta que usualmente no estás respondiendo conscientemente: ¿comparado con qué? Contigo. Si tú dices que una situación difícil es descomunal, en el fondo estás afirmando que tú eres pequeño.

Si pides que la vida se te haga más fácil, en el fondo estás confirmando la falsa creencia de que tú eres débil y que por lo tanto no puedes con más. Peor aún, estás confirmando una postura de víctima en la cual cedes tu poder --tu capacidad de actuar y generar resultados diferentes-- ante las circunstancias.

Al buscar hacerte más fuerte estás reconociendo que un problema sólo existe en el espacio de lo que aún no has desarrollado. Además, estás adueñándote de tu capacidad para ser y lograr más.

Permíteme ilustrarte esta idea con una metáfora numérica. Imagina una escala que va del 1 al 10. Uno es absolutamente débil o pequeño y diez es poderosamente fuerte o grande.

Resulta que tú te encuentras con una situación problemática que se encuentra en el nivel 5 de la escala, un reto medianamente fuerte y complejo. Cómo vas tú a relacionarte con esa situación depende de una sóla cosa: en dónde te encuentras tú en la escala. Si tu nivel de fortaleza-conocimiento-competencia es nivel dos, obviamente tú veras al problema como un gran problema --tú estás en 2 por debajo de un problema nivel 5. Pero si tú te encuentras fortalecido a nivel 7, ahora lo que tienes ante ti tan sólo será un problema menor. Si estás en diez en la escala ni siquiera verás tu circunstancia como un problema, sino tan sólo como un ítem más en tu lista de cosas por hacer.

En esencia el mensaje principal que quiero transmitirte es el siguiente: nunca se trata del tamaño del problema; el "problema" no es el problema. La cosa se complica es cuando tú decides, consciente o inconscientemente, menospreciarte y verte menos de lo que en realidad eres. Ante un "gran" problema, hay una única salida: crecer y fortalecerte. Y esto es algo que está dentro de tu capacidad hacer.

Tú no puedes controlar la complejidad de tus circunstancias y los retos que ellas te imponen, pero sí tienes el poder para asumir cuatro decisiones fundamentales para superar cualquier adversidad:

La decisión de ser más 
Recuerda: si dices que el problema es grande en realidad estás afirmando lo contrario sobre ti. Tienes que comenzar por declarar que tú eres más que el problema. David se paró ante el gigante y confió en que de alguna forma, él era capaz.

Decide creer que no hay problema más grande que tú. No desde la arrogancia ni desde la ilusión de que tú mágicamente tienes una capacidad sobrehumana, sino desde la certeza de que tu potencial es mucho más de lo que has mostrado hasta ahora y que tú tienes la capacidad para crecer.

La decisión de expandirte
Tú puedes percibir tus problemas como "grandes" por el hecho de que se encuentran fuera de tu zona de comodidad; es decir, resolverlos implica hacer cosas que desconoces, que no te agradan y que no haces comúnmente.

Es fundamental que decidas expandirte más allá de lo que te es cómodo. Obviamente, para David, no era "pan comido" --no le era fácil-- enfrentarse al gigante. Pero aun así, aun desde el miedo, supo que la única manera de vencer era haciendo lo que en su interior quería evitar a toda costa.

La decisión de aprender más
Te reitero una vez más: todo problema es una oportunidad de crecimiento. Para solucionar tu problema: ¿qué necesitas aprender?, ¿qué fortaleza necesitas desarrollar?, ¿qué aprendizajes vas a generar para que el problema no se repita en el futuro?.

La decisión de actuar más
Debería añadirle "y más inteligentemente". Tus problemas son resultado de tus acciones. Cambiarlos requiere de nuevas acciones que generen resultados tipo "soluciones" en vez de tipo "obstáculos".

David no sólo se quedó parado a esperar a Goliat. Al verlo no se puso a pensar en que sería magnífico tener una bazuca lanza mísiles ni a lamentarse por no estar fuera de ahí; simplemente se valió de los recursos que tenía a la mano --literalmente-- y actuó certeramente.

El resto es historia, así como lo serán tus problemas una vez que los descubras y aproveches como regalos de la vida para demostrarte que eres más de lo que creías ser.