No regaños

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Tuve la oportunidad de escuchar a un misionero comboniano, el padre Joseph, quien vino a mi país desde Kenia, en Africa. Nos contaba en el sermón que en su país no existe el término "regañar" y que el lo aprendió acá. Contaba que en su país cuando un adulto llama la atención es considerado como un orgullo de saber que esa persona se preocupa y por ende, desea lo mejor. Pero que el regañar no existía.

Cuantas veces, nosotros recibimos de Dios muchas cosas que podrían ser consideradas como "regaños", pero que no son mas que muestras maravillosas de su infinito amor. Nos dedicamos a realizar berrinches muchas veces, despreciando lo que Dios hace para protegernos de aquellas cosas que sabe nos pueden dañar irremediablemente.

También nosotros debiéramos eliminar de nuestras vidas los regaños, y sentirnos en vez de tristes, muy alegres de saber que el Dios todopoderoso tiene tiempo para preocuparse por nosotros, y que somos tan importantes que el creador del universo nos llama la atención para evitarnos males.