Noche de paz

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He disfrutado en estos días leyendo en la Revista Amanecer la historia de cómo se escribió el villancico Noche de Paz, que todas las Navidades cantamos y que se ha convertido en el Himno de la Navidad.

 

“En la víspera de Navidad de año 1818. En Halleim, pueblecito escondido en los Alpes Austríacos, el padre Mohr preparaba  su plática para la Misa de Gallo. Sobre la mesa tenía abierto el Evangelio...

En eso llamaron a la puerta. Era una campesina envuelta en tosca capa, que venía a buscar al párroco para que fuera bendecir a un niño, nacido en esa mañana en casa de unos pobres carboneros. El sacerdote se puso el abrigo y sus botas de nieve, y siguió a la mujer a través del bosque y por la escalpada falda de la montaña. Por fin llegaron a una pobrísima choza. La única habitación estaba mal iluminada y llena de humo de la chimenea. Pero en un rincón la joven madre sonreía radiante, acunando en sus brazos a su hijito, que dormía plácidamente.

El padre Mohr les dio su bendición y emprendió el regreso al pueblo. Se sentía profundamente conmovido. La choza montañesa no se parecía al pesebre de Belén, sin embargo, las palabras del Evangelio que estaba leyendo cuando fue interrumpido, parecían cobrar vida. Al bajar por la empinada senda, el sacerdote tenía la impresión de que la milenaria promesa de paz y buena voluntad vibraba en el silencio del bosque y en el brillo de las estrellas....

Celebró la Misa de Medianoche y regresó a la casa parroquial. Pero ni intentó descansar. Le era imposible dormir. Sentado ante su mesa se puso a escribir la singular emoción que había experimentado, después de bendecir a la madre y al hijo. Las palabras brotaban en verso y cuando rompió el alba, había escrito un poema.”

 

La historia prosigue...

 

 De manera hermosa y en medio de una hecho cotidiano surge este himno de Navidad que recoge  el sentido de la Navidad, es  Noche de paz y Noche de amor, José y María en Belén velan al Niño, mientras todo duerme en derredor y al nacer en un portal Jesús, llena la tierra con su paz.

 

Les deseo a todos FELIZ NAVIDAD, nos unimos en la oración junto al pesebre del Niño Jesús, pedimos por las familias en el Nuevo Año, que nunca falte el pan en la mesa, pero tampoco la alegría y la esperanza en los corazones y como los pastores nos ponemos en camino para encontrarnos con aquel que es el Principe de la Paz.