Milagros

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Estaba un joven pidiendo a Dios que si existía entonces que se apareciera delante de el. Se aparece entonces el Señor en forma de niño. Este joven, aún incrédulo le pide un milagro. Dios entonces se dirige a un parque y le muestra un árbol y le dice: "Ahí está tu milagro". El joven soltó una carcajada y le dijo que eso era un simple árbol. El niño le miró y le dijo: "Pues quisiera verte a tí hacer uno". 

Cuantos de nosotros no hemos puesto a Dios "a prueba", como si El tuviera alguna necesidad de nosotros, sin embargo cada día muestra sus grandezas en 
cosas que vemos como sencillas y simples, pero que albergan un gran misterio. 

Si dejáramos de dudar tanto y pedir nuestro concepto de milagros, la vida sería muy diferente al encontrarnos cara a cara con las obras de Dios. 

Empezando por nosotros mismos, nuestros miles de nervios, órganos y partes 
que son obras maestras y prefectas que solamente Dios pudo haber realizado 
con sus manos. 

¿Milagros? Claro que hay. Si has dudado que Dios está contigo en este momento de prueba, déjate acariciar por la brisa, el sol, la lluvia o la nieve...te aseguro que Dios tiene muchas formas de abrazarnos y acariciarnos para recordarnos que está con nosotros...hasta ese escalofrió es un abrazo de Dios... 

Milagros...hay tantos y tan pocos que nos detenemos a valorarlos.