Me obsesionas, Señor

Autor: Sagrario Torres

Me obsesionas, Señor.
¿Qué singular motivo
a mí te acerca?
¿Por qué esta terca
conquista
sobre mi corazón esquivo?

¿Qué buscas siempre en mí?
¿Qué quieres darme?

Dominas mi silenciosa casa.
Te colocas detrás de cada puerta.
Tras los goznes atisbas.
Por los cristales me vigilas.

En las noches sin luna,
un halo de paloma
se espesa en mi ventana.
¡Y eres tú que me acechas
y te asomas!

Por mi alcoba andas siempre.
Antes de que mis pies la pisen
ya estás tú en ella
y apenas si me atrevo a desnudarme.
Años atrás, frente al espejo,
contemplaba mi carne.
Mas entonces no estaba
insistiendo en mi rostro tu mirada.

En las noches que no puedo dormir
tú pisas las baldosas,
las bordeas
hasta alcanzar mi cabecera;
cuando sabes que está vivo
el aliento de mi boca febril.
Y si en la mano brinca el lapicero,
tú miras por encima de mi hombro
para ver lo que escribo
y lo que nombro.

Tú estás alerta entre mi sueño.
Tú me robas,
extingues,
aminoras con empeño
mi llamada, mi pálpito;
me robas
el nombre de otro dueño.

¿Por qué te veo, Señor?
¿Por qué casi me tocas
y mi mano contiene tu caricia?
¿Por qué esta lucha contra ti
si eres mi olfato
mi visión y mi tacto,
tú los rumores
que mi oído escucha?

¿Por qué nunca me dejas
y tus ojos, Señor,
¡siempre tus ojos!
me miran
sin reproche y sin queja?