El heroísmo de los Santos

Autora: Madre Teresa de Calcuta

Cuan grandes han de ser nuestras manos si hemos de tocar el cuerpo de Cristo, lo mismo que el sacerdote lo toca bajo las especies del pan. Con que veneración y amor levanta él la hostia consagrada.

Así ha de ser nuestro sentimiento cada vez que tocamos el cuerpo de un enfermo. Esta fue la perspectiva que transformó al padre Damián en apóstol de los leprosos, que hizo que de San Vecente de Paúl el padre de los pobres, que dio un vuelco a la vida de Francisco de Asís, el cual encontrando a un leproso completamente desfigurado, como primera reacción intentó huir pero luego, reponiéndose de su actitud, abrazó su rostro horrible, lo cual llenó de indecible alegría, hasta el punto de que el leproso se fue dando gracias a Dios por su curación, San Pedro Claver lamía las heridas de los esclavos negros, ¿porqué todo esto? Porque todos ellos querían acercarse lo mas posible al corazón de Dios.