La sobria vigilancia purifica de entrada a la conciencia

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

Libro: Momentos de paz

 

 

Filoteo del Sinaí escribía en el siglo VII: “ La sobria vigilancia ilumina y purifica de entrada a la conciencia, cuando la conciencia ha sido purificada, expulsa las grandes tinieblas como una luz oculta que estallara de repente. Y cuando las tinieblas han sido eliminadas, gracias a una auténtica vigilancia y de forma continuada, se le revela a la conciencia un nivel más profundo que hasta entonces permanecía oculto: la lucha invisible del espíritu y el combate del corazón”.

Hay personas que viven la vida a salto de mata. Van de bar en bar, de pub en pub, de calle en calle y de un sitio para otro sin orientación ni norte.

Cuando te acercas a ellas y entablas una conversación profunda, te rechazan y te dicen que vives en otra galaxia.
Por otra parte, para ellos es algo normal. Han descuidado completamente el cultivo de sus cualidades internas. Padecen una sequía del espíritu.
No solamente no se controlan o vigilan para crecer en los valores humanos y espirituales, sino que, además, los desprecian como algo inútil.

Vivir apegado a la realidad de los instintos y de los sentidos sin control de los mismos mediante la vigilancia, engendra al cabo del tiempo en la persona fisuras que casi nadie puede unir o cicatrizar.

La vigilancia constante sobre sí mismo te lleva y te conduce a niveles altos de claridad y equilibrio personales.
Cuando vives esta realidad en tu vida, se cumple aquello que decía santa Teresa de Avila: “Nada te turbe, nada te espante, sólo Dios basta”.
Cuando te vigilas, halas dulzura, paz en los prados de tu corazón.

¡Vive hoy feliz!