La sabiduría del dolor

Autor: Maria Julia Lafuente

 

 

Todos de alguna forma u otra sufrimos en la vida, nos guste o no. cuando aparece el dolor, cuando llega el sufrimiento por pequeño o grande que sea, es necesario aceptarlo con paz. Decimos que el mejor maestro es el dolor y sabe usted por qué?
 
Porque nos hace más sensibles y comprensivos ante el dolor ajeno; quien ha sufrido, siempre sabrá escuchar, comprender, disculpar. El dolor te hace madurar, te humaniza, te hace humilde, te hace capaz de pedir
ayuda y dar consuelo.
 
Dicen que los ojos que han llorado ven mejor y es muy cierto, las lágrimas limpian el alma y no le impiden la entrada a Dios en nuestro corazón.

Al maestro dolor debemos tomarlo como una parte de la vida y aprender que es una forma de irnos madurando, nos hace crecer espiritualmente si sabemos sacarle provecho.
 
Cuando en nuestra vida todo es plenitud, salud, viajes, etc., no se elevan los ojos al cielo, todo al suelo, a lo terrenal.
Pero cuando se sufre de soledad, enfermedad, tristeza, vacío del alma, aprendemos a elevar los ojos hacia nuestro padre Dios.
 
La alegría fabricada es mala. Es como una copa de alcohol que embriaga y hace olvidar por un ratito la realidad en que vivimos. es necesario aceptar la realidad  aunque sea dolorosa, esto siempre será
mejor. El dolor nos enseña a amar, a perdonar, a ser humildes. El dolor es parte de la vida y es el mejor método para madurar.