La mano del hombre es obra maestra de Dios
Autor: Revista Ideales Franciscanos Año 48, No. 584, Julio de 1992



Comunica vida al alma y da vida al mundo. Pobre quedaría la mente humana sin 
las experiencias adquiridas por sus manos; jamás el hombre hubiera obtenido 
el dominio sobre la materia sino por medio de sus manos.

Para el ciego son ojos y para el vidente alas. Para el pobre son pan y para el rico, oro. Para el sabio son micrófono y para inculto receptor. Para el hombre son grúas y para la mujer arpa. Para el santo ara en que ofrece a Dios su corazón y para el malvado cadenas que lo atan a su triste destino.

En el principio tendió Dios su mano y se separó la luz de las tinieblas, la tierra de los océanos, la vida de la materia. El hombre tiende su mano y el mármol comienza a hablar; las estepas se convierten en oasis y las selvas dan lugar a los trigales; el tiempo se multiplica y las noches se hacen días.

En manos de Dios está el universo y en manos del hombre está el mundo. 
Porque si hay paz o guerra; bienestar o malestar; progreso o retroceso; 
civilización o barbarie; florecimiento o destrucción; desierto o jardines; 
armonía o disonancia; comprensión mutua o discrepancia, de la mano del 
hombre depende. Dios mismo se lo ha dicho: "En tus manos tu destino está."

Porque es la mano del hombre la que mata y da vida; que hiere y cura; que acaricia y golpea; que roba y da; que siembra el grano en la superficie de 
la tierra y lanza granadas en las trincheras. Es la mano del hombre la que edifica y destruye; que paga y pega; que distribuye condecoraciones y ejecuta condenaciones; que reconoce y rechaza; que premia y perjudica.

Siendo así que la mano del hombre es maravilla de la creación, ¿por qué la teme el hombre como el monstruo más asqueroso? Si está hecha para el bien, ¿por qué siembra tantos males? Si Dios la ha ideado para acariciar; ¿Por qué es azote y flagelo para naciones enteras? Si fue hecha para bendecir, ¿por qué esparce tantas desgracias? Si tiene la misión de enjugar lágrimas y limpiar la frente humana del sudor, ¿por qué hace derramar ríos de lágrimas y llenarse océanos de las aguas saladas del sudor humano? Si las manos en el plan de Dios forman un cáliz, ¿por qué se prefiere llenarlo con veneno y no con medicina, con amarguras y no con dulzuras, con odio y no con amor, con rencores en vez de llenarlo, hasta desbordar, con perdón e indulgencia, con mansedumbre y amabilidad, con magnificencia y benevolencia?

Desde que la primera mano de un ser humano, la de Eva, se atrevió a tocar la 
fruta prohibida, toda mano humana tiene algo de garra de bestia.

Desde que los hombres acostumbraron sus manos exclusivamente en el manejo 
del cuchillo y martillo, hacha y arado, espada y máquina, pincel y pluma, dinero y divisas, y se olvidaron de juntarlas para la oración y levantarlas para labendición, las manos del hombre han perdido su mejor encanto y su mayor beneficio...

Se clasifican las manos en manos finas y duras, delicadas y estropeadas, cultivadas y callosas. Mejor sería clasificarlas en manos fuertes y suaves, justas y caritativas, respetuosas y piadosas, juntadas en la oración y luminosas por el sacrificio.
Tal vez así nos sea posible lograr que nuestros días sean más llevaderos y el futuro más luminoso.