La Historia de los dos Regalos

Autor:  Glenn Van Ekeren

 

 

Durante los tiempos del muro de Berlín, algunos berlineses orientales pensaron en enviar a sus vecinos de Berlín Occidental un "regalito". 

Procedieron a cargar un camión lleno de basura, ladrillos rotos, cascajo y otros materiales desagradables que pudieron encontrar. Con calma cruzaron la frontera en el camión, recibieron la autorización y entregaron su "regalo", vaciándolo todo en el lado del Berlín Occidental. 

No es necesario mencionar que los berlineses occidentales se enojaron y se sintieron con deseos de vengarse. Se les empezaron a ocurrir ideas de cómo "vengar" las acciones repulsivas de sus adversarios. 

Un hombre prudente interrumpió las reacciones iracundas y ofreció una forma diferente. Para sorpresa de muchos, la gente respondió favorablemente a sus sugerencias y empezaron a cargar un camión con artículos escenciales, muy escasos en Berlín Oriental. Había de sobra ropa, comida y abastos médicos. Llevaron el camión cargado al otro lado de la frontera, lo descargaron, tratando con mucho cuidado los preciosos productos, y dejaron un letrero que decía: "Cada cual da de acuerdo con su capacidad para dar". 

Imagínense la reacción de quienes se dieron cuenta de la forma de "venganza" y del mensaje tan poderoso que aparecía en el letrero. Conmoción, verguenza, desconfianza, incredulidad. Tal vez hasta arrepentimiento. 

Lo que damos a los demás envía un poderoso mensaje acerca de quiénes somos. La manera en que respondemos a la falta de bondad, a la injusticia o a la ingratitud dice mucho sobre nuestro verdadero carácter.


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