La esperanza
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Cuando se pierde la esperanza se pierde todo y de nada sirve seguir, es como continuar sin combustible, como estar vacio, como ser un cuerpo y nada más
que solo se desplaza de aquí para allá.

La esperanza es un gran motor y no debemos detenerlo. Si tantas veces
hablamos de la fuerza de nuestros pensamientos, si sabemos que somos imanes
de atracción, si estamos convencidos de que todo depende de uno mismo, si
leemos y leemos, vamos a talleres y tratamos de ser un bálsamo en la vida de
los otros aconsejándolos, y dándoles fuerzas ¿por qué luego dejamos que en
nuestras propias vidas el dolor, el sufrimiento, la injusticia, el desamor y
tantas otras cosas nos hagan perder las ilusiones, y dejamos que la esperanza se apague lentamente?

Hoy puede ser un día diferente está en vos ser como las aves, ellas nos dan a diario una enseñanza que no podemos dejar pasar, porque aún cuando las
encontramos heridas en una vereda están piando con la esperanza de ser oídas
por sus compañeras y de esa forma poder seguir volando...

Amiga, amigo... en estos tiempos en que la esperanza parece ser una palabra
olvidada, te pido que cierres los ojos lentamente y que veas tu problema, lo
que hoy te preocupa ahí frente a tí... entonces encendí ese motorcito que
apagaste cuando la tristeza o la incertidumbre te dejaron sin fuerzas y
lentamente comienzá a imaginar, a soñar que todo puede ser mejor, que los problemas pueden tener solución y que está ahí, muy cerca la posibilidad de volver a empezar y de ser feliz...

¡Vamos! Encendí la llama de la esperanza en tu vida y estoy segura que
tu vida cambiará...