La Escalera

Autor:

 

 

 Un carpintero se puso un día a construir una escalera.

 Pasó un vecino, vio lo que estaba haciendo y le dijo:   si me regalas un pequeño pedazo, a mí me servirá mucho  y a tu obra casi no le perjudicará, ¿pudieras
 regalarme un tramo de tu escalera?

 El carpintero se rascó la cabeza y se lo dio. El  vecino se lo agradeció y se fue contento. Después vino  otra persona y le explicó que, permitiéndole usar unos
 peldaños, trabajaría y alimentaría a sus hijos. El  carpintero accedió y le regaló unos peldaños. El  hombre se retiró contento y agradecido. El carpintero  continuó trabajando en su obra. Pasó por allí una  pobre mujer y le pidió que le regalara un pedazo de  madera, ya que era urgente arreglar una pared de su  casa por la que se colaba el viento. El carpintero  accedió. La mujer se alejó contenta y agradecida.

Vinieron muchos más y el carpintero seguía accediendo. El invierno era duro, la miseria muy grande y el carpintero daba a todos pedazos de su escalera, aun
 para quemarlos como leña.

 Y decía:

 No comprendo, mujer. Mi escalera es cada vez más chica  y, sin embargo, ¡subo por ella al cielo!

 Que este día subas un escalón más de tu escalera para  llegar al cielo.