Ingenio y buen humor

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El escritor español Francisco de Quevedo brilló por su ingenio y su buen humor. Dos valores que a todos nos conviene cultivar.

Cierto día el rey Felipe IV le pidió que improvisara una cuarteta y Quevedo con su agilidad mental le dijo: Dadme, Majestad, un pie.

El Rey desde su trono le alargó jocosamente un pie. El poeta sostuvo con sus manos el pie del soberano y le improvisó estos versos:
En semejante postura dais a comprender Señor, que soy el herrador y vos la cabalgadura.

Es famosa esta otra anécdota: Quevedo apostó con unos amigos a que era capaz de mencionar la cojera de la reina.

Aprovechó una recepción que se ofrecía en el palacio y le ofreció a la esposa de Felipe IV dos hermosas flores, mientras le decía:
- Entre el clavel y la rosa, Su majestad escoja.

Quevedo ganó la apuesta. Y lo recordamos para valorar el buen humor en el camino de la vida. Es un regalo para el espíritu y un aliado en la adversidad.