Inclinarte para poder refrescarte

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Cuentan que un hombre muy rico y orgulloso quería saber que debía hacer  para poder encontrar a Dios. Preguntó a un hombre muy sabio que vivía en  las afueras del pueblo y éste le llevó a la montaña, y no le dejó beber  agua en dos días. Luego le llevó a una naciente en el suelo donde nacía el  río que abastecía a todo el pueblo.

 El sabio le dijo:

 - "Sabes que debes beber agua para sobrevivir ¿Cómo tomarías de esta agua  en este momento?"

 El hombre se arrodillo y bajando su cabeza bebió del agua que brotaba del  suelo. El hombre sabio le dijo:

 - "Es exactamente lo que debes hacer para encontrar a Dios. Dejar de la  lado tu orgullo, reconocer tu necesidad de agua, o sea Dios, arrodillarte  e incluso humillarte hasta llegar al suelo. Era la única forma de beber el  agua que te salvaría, así mismo para salvar tu alma debes humillarte,  reconocer que sin Dios no tienes salvación y humillarte...tu
 recompensa...será poder beber del agua que salvará tu vida."