Hermosa aventura

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"Poner la mano al arado"
Seguir la senda hacia el cielo
no es un trabajo pesado.
Aunque es duro, hay gran consuelo.

Amar a Cristo, es vivir
según lo que El ha dispuesto.
Es dejarse conducir
por el Divino Maestro.

Vamos con miedo y cautela
por un estrecho camino;
nosotros como ovejuelas,
El, como Pastor Divino.

Mas no hay que sentir temor
al seguirle dócilmente,
porque El quiere lo mejor
para tí. ¿No es suficiente?

No son penosas sus normas.
Su misericordia pura
nuestra existencia transforma
es una hermosa aventura.

Seguir a Cristo es hermoso.
Servirle es una experiencia
que aun el valle tenebroso
tiene una dulce apariencia.

Por eso vale la pena
ser por su amor dirigido
Estamos de enhorabuena
Los que en Cristo hemos creído.