Hagan todas las cosas que agradan a mi Padre

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Quien ha entrado en Mi redil puede salir de él, sólo si hace oposición a Mi Querer. Pero si escucha Mis palabras y tarda en ejecutarlas, no está fuera, porque fuera está quien Me hiere con la culpa grave.

Tu abstención es proporcionada a la intensidad del sentir que depende sólo de Mí. Si a veces la razón dice lo contrario de cuanto atestigua el sentir, no hay que extrañarse. Son las operaciones por las cuales quiero Yo garantizar el buen resultado a toda costa. Cuanto más sencilla seas, más Me agradarás, pero si se te ocurre que Yo puedo contrariar tu razón a causa de lástima sentida, te equivocas. ¿Qué hace el hombre si observa Mis consejos? Es sencillo: Me imita y Yo le doy buen testimonio diciendo: "hago todas las cosas que agradan a Mi Padre y hablo lo que escucho de El".

¡Oh, sentido oculto de Mis palabras! ¿Cómo puede el hombre ser justo si no Me escucha? Y, ¿qué justicia puede agradarme si no la que He dicho? Las razones humanas no llegan enteramente a las divinas y nada es querido por Mí sin antes haber previsto las consecuencias de todo.

Crezcan y verán que ningún hombre vive sin Mi impulso. No se puede resistir a este impulso ni por falta de amor ni por tontería, haciendo así vano el sentir que Yo doy.

El fastidio que experimentas es bueno, porque nace del estímulo del amor fraterno que te He dado y, no lo quito, porque Me agradas así, fastidiada a causa de Mi amor. La paz es tuya y sabes que la paz viene de Mí.

Jesús

Obtenido: Apostolado de la Nueva Evangelización