¿Estas enojado?

Autor: Hermana Helen P. Morsla

 

Piensa en alguien que te irrite de verdad, que te haga sentir enojo. 

Ahora, cierra los ojos e intenta imaginarte a esa persona como un niño muy pequeño.

Mira sus diminutas facciones y sus inocentes ojos.

Ten presente que los bebés no pueden evitar el cometer errores y que todos hemos sido niños pequeños alguna vez.

Ahora, adelanta el reloj cien años. Visualiza a esa misma persona como alguien muy anciano que está a punto de morir. Contempla los ojos cansados y su suave sonrisa, que sugieren un poco de sabiduría y el reconocimiento de los errores cometidos. Piensa que tarde o temprano, todos llegamos a eso.

Puedes jugar con esta técnica y modificarla según te parezca.

Casi siempre le aporta al que la practica un poco de la perspectiva y la compasión necesarias.

Si nuestra meta es transformarnos en personas más plácidas y afectuosas, ciertamente no queremos abrigar sentimientos negativos hacia los demás.
Esta sencilla técnica ha demostrado ser muy eficaz para descargar los sentimientos de irritación que experimentamos hacia otras personas.

Vale la pena experimentarla considerando todos los males que recibimos y otorgamos al enojarnos.