El te vio

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La oración final de Jesús fue por ti.
Su dolor final fue por ti.
Antes de ir a la cruz, Jesús fue al huerto.
Y cuando habló con su Padre,
tú estabas en sus oraciones.
Cuando Jesús miró hacia el cielo,
estabas en su visión.
Cuando soñó del día cuando estaría donde está
te vio ahí...

Nunca se había sentido tan sólo.
Lo que tenía que hacer, sólo Él lo pudo hacer.
Un ángel no lo podía hacer.
Ningún ángel tiene el poder para romper
las puertas del infierno.

Un hombre solo tampoco podía hacerlo.
Ningún hombre tiene la pureza para destruir
la paga del pecado.
Ninguna fuerza en la tierra puede enfrentar
la fuerza del mal y ganar excepto Dios.

Y Dios no pudo darte la espalda.
No pudo porque te vio y una mirada
fue todo lo que necesito para convencerlo.
Ahí mismo en un mundo que no es justo.

El te vio lanzado dentro de un río de vida
que no pediste.
Te vio traicionado por los que amabas.
Te vio con un cuerpo que se enferma
y un corazón que se debilita.
Te vio en tu propio jardín de árboles rugosos
y de amigos dormidos.
Te vio mirando en el pozo de tus propias faltas
y en la cueva de tu propia tumba.
Te vio en tú jardín de Getsemaní, y no quería que
estuvieras sólo.

El quería que supieras que El ha estado ahí siempre.
Sabe lo que es estar en medio de un complot.
Sabe lo que es estar en confusión.
Sabe lo que es estar atormentado entre dos deseos. Sabe lo que es el
hedor de Satanás.

Y tal vez más que todo, sabe lo que es rogar a Dios que cambie de
idea y oír a Dios decir suave,
pero firmemente: "No".
Porque eso fue lo que Dios le dijo a Jesús.
Y Jesús acepto la respuesta.

En algún momento durante la medianoche un ángel de misericordia vino
hacia el cansado cuerpo
de un hombre en el huerto.
Jesús se levantó, la angustia se fue de sus ojos.
Su corazón no pelearía más.
La batalla ha sido ganada.
¿El símbolo de conquista?
Jesús en paz entre los olivos.

En la víspera de la cruz,
Jesús hizo su decisión.
Prefirió descender a los infiernos por ti
que ir al cielo sin ti.