El rabo mueve al perro

Autor: Emmet Fox

 

 

El hombre controla su propia vida. La Biblia dice que Dios le ha dado "dominio sobre todas las cosas", lo cual es cierto cuando el hombre comprende la Verdad; y la Verdad es que sus condiciones exteriores -su ambiente- son la expresión de su mentalidad y nada más. No son la causa; son el efecto. No vienen primero, sino que siguen. Uno puede cambiar sus pensamientos y sus sentimientos, y entonces las cosas exteriores cambiarán para concordar; sin duda, no hay otra manera de funcionar. Tú no eres feliz porque te sientas bien. Te sientes bien porque eres feliz. No tienes fe porque las cosas marchen bien. Las cosas marchan bien porque tienes fe. No estás deprimido porque se te haya presentado un problema, sino que el problema se ha presentado porque antes has perdido tu comprensión de la Verdad.

El secreto de la vida, pues, consiste en controlar tus estados mentales; si lo consigues, todo lo demás vendrá. Aceptar la enfermedad, los problemas y el fracaso como males ineludibles, y quizá inevitables, es tonto, porque es esa misma aceptación la que mantiene la existencia de esos males. El hombre no está limitado por su entorno. El hombre crea su entorno mediante sus creencias y sus sentimientos. Suponer otra cosa es como pensar que el rabo puede mover al perro.

Si has estado pensando que las condiciones exteriores son más fuertes que tú, y que esas condiciones pueden impedir que te manifiestes como era la intención de Dios, dite a ti mismo: "El perro mueve la cola", e inmediatamente revertirás esa creencia.

Dios quiere que tú seas sano, feliz y libre, y tú no puedes aceptar nada menos. Pide que Dios actúe en tu interior -y créelo- y nada te hará retroceder. ¿Quién te impidió que no obedecieras el mandato de la Verdad?