El perro

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Un sacerdote contó de un perro que tenía 
cuando era muchacho. Su padre, de vez en cuando, 
probaba la obediencia del perro. 
Colocaba un tentador trozo de carne en el piso 
y daba esta orden: «¡No!». 
El perro, que debe haber tenido una fuerte urgencia 
de tomar la carne, terminaba en una posición muy difícil:
obedecer o desobedecer la orden de su amo. 

El sacerdote dijo: «El perro nunca miraba la carne. 
Parecía que pensaba que si lo hacía, 
la tentación de desobedecer sería demasiado grande. 
Así que miraba fijamente a la cara de mi padre.» 
entonces, hizo esta aplicación espiritual: 
«Hay una lección en eso para todos nosotros. 
Siempre mira el rostro del Maestro».

Este es una gran ejemplo. 
Dios, nunca nos tentará a hacer lo malo. 
Sin embargo encontraremos muchas tentaciones en la vida,
pero si mantenemos la vista fija en nuestro Señor Jesucristo,
podremos sobreponernos a ellas. 

"Levantemos la mirada hacia Jesus, 
que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término" Hebreos 12,2ª 

Velad y orad, para que no entréis en tentación: 
el espíritu es animoso mas la carne es debil 
Mateo 26:41

No os ha tomado tentación, sino humana: 
mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados 
más de lo que podeís llevar; antes dará también 
juntamente con la tentación la salida, 
para que podáis aguantar. 
1 Corintios 10:13

Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba,
porque una vez que ha sido aprobado, 
recibirá la corona de la vida 
que el Señor ha prometido a los que le aman.
Santiago 1:12