El Cristo mio de cada día

Autor: 

 

El no es un héroe ni un super-hombre. Conoció el disgusto, la frustración y hasta la derrota, aunque momentánea.

No es un galán de novela ni un astro de cine. Anda siempre cubierto de polvo y no posee guardarropa ni túnica de repuesto.

No tiene armas ni soldados, excepto un pequeño grupo de doce hombres de condición humilde, que a la hora del peligro logran disponer de una única espada.

No tiene poderío económico, ni una choza donde esconderse ni una piedra donde reclinar la cabeza.

Es uno de nosotros, uno como yo.