Dios hizo su parte

Autor: Paulo Coelho


El joven cruzó el desierto y llegó finalmente al monasterio de Sceta, cerca de Alejandría. Allí, pidió asistir a una de las conferencias del abate y el permiso le fue concedido.

Esa tarde, el abate disertó sobre la necesidad de meditar usando la imagen del Sagrado Corazón. Después, habló de la importancia de quedarse en silencio el mayor tiempo posible. Finalmente, se refirió a la importancia de los trabajos de labranza.

Al final de la conferencia, el joven le dijo a uno de los monjes:

-Del lugar de donde yo vengo, todos consideran que Dios es misericordia: basta con rezar.

El monje sonrió y le respondió:

-Aquí, nosotros creemos que Dios ya hizo su parte. Ahora nos toca a nosotros llevar adelante el proceso.