Dios... háblame!

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Cierto hombre susurró: 

¡Dios, háblame! 
y el árbol cantó. 
Pero el hombre no oía. 
Luego el hombre, habló más fuerte, pidiendo: 
¡Dios, háblame!, Y un rayo cruzó el cielo. 
Pero el hombre no oía. 

El hombre miró a su alrededor y dijo: 
¡Dios, permite que te vea! 
y una estrella se iluminó con gran resplandor, 
pero el hombre no la notó. 

Entonces el hombre gritó: 
¡Dios, muéstrame un milagro! 
y en ese minuto nació un bebé. 
Pero el hombre no lo supo. 

Luego el hombre pide a gritos, en desesperación: 
¡Tócame Dios y hazme saber que estás aquí!. 
Dicho esto, Dios bajó y tocó al hombre, 
pero éste espantó a la mariposa que volaba a su 
alrededor y continuó caminando.