Dios es Amor
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Los momentos que pasas con Dios en oración
ofrecen una bendición edificante,
pues te dan la oportunidad de descansar
mental y corporalmente, renovar tu espíritu
y sentir cómo el amor de Dios lo rodea todo.
Al tomar un momento ahora para orar,
recuerda que Dios es amor y que estás unido a este amor
ahora y para siempre.
Ora ahora con mente y corazón en armonía con Dios:
Dios, aquieto mis pensamientos
y mi alma recibe Tu abrazo divino.
Tu amor incondicional me satisface.
Tú, Dios, eres mi paz,
y al acudir a Ti
en este momento sagrado de oración,
mi corazón recibe paz.
Centro mis pensamientos sólo en Ti
y permito que mi mente se tranquilice...
que mi cuerpo se relaje...
Querido Dios,
Tu presencia me llena y Tu amor me rodea.
Te entrego mi vida con fe
en Tu amorosa presencia en mí.
Descanso en la conciencia tranquila de Tu amor,
confiando en que todo está bien...
Viviendo en la luz del amor de Dios,
descubro nuevos discernimientos.
Tú, Dios,
eres una fuente ilimitada de amor en mí.
Mantengo esta verdad en mi corazón
al acudir a Ti por guía.
Vivo en la luz de Tu sabiduría amorosa,
querido Dios, y sé que Tu luz
me guía en el camino correcto.
Al escoger el sendero que es bueno para mí,
tengo la seguridad de que mi sendero es claro.
Estoy receptivo en mente y corazón
a Tu sabiduría, Tu perspectiva,
Tu luz interminable.
Consciente de que Tú me revelas
lo que necesito saber
en momentos tranquilos de oración,
me calmo y Te entrego amorosamente
cualquier preocupación.
Siento paz y calma,
soy un canal abierto de Tu sabiduría guiadora
y poder interminable.
Descanso ahora consciente de Tu amor y guía,
hago una pausa para orar tranquilamente...
La sanadora presencia de Dios
vierte vitalidad en cada célula de mi cuerpo.
Dios, yo sé que Tu amor obra en toda creación
e infunde vida y energía.
Como Tu creación divina,
siento vida nueva por medio de Tu presencia
revitalizadora y sanadora.
Respiro profundamente
y dirijo mis pensamientos a Ti.
Rodeado de Tu amor, tengo confianza
en que sentiré y disfrutaré de la salud
y la perfección que son mías.
En este momento valioso de oración,
me calmo y me vuelvo más consciente
de Tu presencia sanadora
que manifiesta mayor energía y fortaleza.
Sé, en el fondo de mi alma, que me amas y me cuidas, Dios,
y que la curación se está llevando a cabo.
Tu presencia amorosa sana y transforma
cada parte de mi cuerpo templo,
cada átomo, célula y órgano.
Al descansar consciente de Tu amorosa presencia,
querido Dios,
doy gracias por la actividad sanadora
que se lleva a cabo en mí ahora...
Abro mi corazón a Dios
y a una abundancia de experiencias que me prosperan.
Al centrar mis pensamientos en prosperidad,
tengo confianza en que Tu amor todo proveedor está conmigo, querido Dios.
Tú provees de muchas maneras y bendices mi vida con bien.
Consciente de Tu amor, Dios, dejo ir cualquier preocupación
y Te entrego los buenos deseos de mi corazón.
Siento la seguridad de que me encuentro
bajo Tu cuidado constante.
Siento paz... tranquilidad... y confianza.
Mientras respiro profundamente,
estoy consciente de Tu gloria en la abundancia que me rodea.
La belleza de mi mundo, la gloria de Tu bondad
me recuerda que como Tu hijo amado,
soy heredero de provisión interminable.
Gracias, Dios, por rodearme de Tu amor.
Confiando en Tu amor próspero,
hago una pausa ahora en tranquila oración...
Éste ha sido un momento sagrado de oración,
un momento valioso de descanso y renovación.
Antes de regresar a las actividades del día,
respira profundamente una vez más y afirma:
Dios es amor...
Puede alentarte saber que el amor de Dios está contigo
en cada experiencia de tu vida.
En armonía con este amor,
ora la "Oración de Protección":
La luz de Dios me rodea;
el amor de Dios me envuelve;
el poder de Dios me protege;
la presencia de Dios vela por mi.
¡Dondequiera que estoy, está Dios!