Desprográmate, se tu mismo

Autor: Padre Anthony De Mello, S.J.

 

-Darte cuenta del dolor, de la aflicción o del desasosiego que
sufres y cuál es el motivo; de dónde sale, en verdad ese sufrimiento.
Si te sientes molesto darte cuenta en seguida de ello, y de dónde nace
ese malestar (Si dices que estás molesto porque otro se comporta  mal
contigo, no se puede comprender que tú te castigues porque otro se
ha portado mal. Tiene que haber otro motivo más personal escondido.
Obsérvalo.

- Darte cuenta que el sufrimiento o las molestias se deben a tu
reacción ante un hecho o una situación concreta y no a la
realidad de lo que está ocurriendo. (Si vas a ir al campo y llueve,
el enfado no está en la lluvia -que es la realidad-, sino en tu
reacción porque se han contrariado tus planes.)

Solemos echar la culpa a la realidad y no nos queremos dar cuenta de
que son nuestras reacciones programadas las que nos contrarían.
Tenemos unos hábitos inculcados, como automatismos, que funcionan
como una maquinita automática: A tal pregunta, tal respuesta. A
tal contrariedad, tal reacción. Y funcionamos como robots."la cultura
nos inculca unas leyes rígidas cuya única razón es "así se ha
hecho siempre".

Y con esta razón tan endeble somos capaces de matarnos por
defender :"honor", "patria", "bandera", "raza", "familia", "buenas
costumbres", "orden", "ideales", "buena fama" y muchas más
palabras que no encierran más que ideas, sin sentido real que nos han
inculcado como "cultura". Y lo mismo ocurre con las ideas religiosas.

Lo importante es ser, y no figurar.  La verdad es que estamos tan
metidos en esa programación que actuar con claridad de
percepción - desde esa "cultura" casi parece un milagro, y más si
pretendemos reaccionar sin disgusto.

 Hay que despertarse antes para comprender que, lo que te hace sufrir
no es la vida, sino tus alucinaciones, y cuando consigues despertar y
apartas los sueños, te encuentras cara a cara con tu libertad y
con la verdad gozosa.

Lo cierto es que el dolor existe porque rechazamos que lo único
sustancial es el amor, la felicidad, el gozo. Cuando no somos capaces
de encontrar el camino despejado para ese amor-felicidad que somos,
nos topamos con el dolor, que no es nada concreto ni sustancial por
sí mismo, sino ausencia de la percepción del amor-felicidad.
Como la oscuridad no existe, sino que es una consecuencia de la menor
percepción de la luz.

La vida es, en sí, un puro gozo y tú eres amor-felicidad como
sustancia y potencial a desarrollar. Sólo los obstáculos de la
mente te impiden disfrutarlo plenamente. Son las resistencias que
ponen tu programación lo que te impide ser feliz. De no tropezar con
tu resistencia, ¿dónde estaría el dolor?. Habría una
armonía en ti igual a la que existe en la naturaleza. Mas aún pues tu
eres el rey de esa naturaleza y dotado de una sensibilidad para
captar la bondad, la felicidad y la belleza, que te hace creativo y
capaz, ya no sólo de ser feliz sino de dar amor y felicidad a manos
llenas.

Con sólo observar todo esto ya es dar un paso para tu despertar.
Todo depende de tu reacción y ésta depende de tu programación y
si eres capaz de observar esto y comprenderlo, ya tendrías bastante.