Del Amor de Jesús... 

Autor:

 

Preciado hijo Mío,
te amo con Mi más profundo sentimiento. 
La gratitud que siento por tu perseverancia 
en medio de numerosas dificultades 
se extiende de un confín a otro de los cielos. 
Pese a que tu corazón 
se ha partido innumerables veces, 
todas ellas lo he vuelto a componer.

Todos poseen sus debilidades y puntos flacos, 
mas no por ello amo menos a uno que a otro. 
Mi amor no impone condiciones. 
Es decir, que sea cual fuere tu estado, 
estés espiritualmente bien o mal, 
no te amo en mayor o menor grado por ser como eres. 
Mi amor no se basa 
en un cuadro estadístico espléndido 
ni en una trayectoria impecable. 
Tus faltas y errores no merman
Mi amor, toda vez que éste es perfecto.

No hay razón, pues, para que temas 
que tu manifiesta falta de fortaleza 
en comparación con la que poseen otros, 
o el hecho de no ser como te gustaría,
o de no alcanzar tantos triunfos como quisieras, 
disminuya el amor que te profeso. 

Cuando contemplo a Mis hijos, 
criaturas concebidas por Mi mano, 
me contento con observarlos, sin censura. 
No me fijo en su pasado, su presente o su futuro. 
Cuando te contemplo, sólo me fijo en ti. 
Te amo porque te creé. 
No veo nada más. 
Ven, pues, a Mí; recurre a Mi amor. 
En Mis brazos siempre hallarás amor de sobra, 
amor a raudales.