Debemos creer...
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Que con ternura, un cuerpo y un corazón sin vida;
pueden volver a latir.
Que "la casualidad" nos une a seres que acrecientan
nuestra esperanza.
Que no debemos poner limitaciones a los sueños por
realizar.
Que nos han enseñado a dar y no sabemos recibir con
generosidad.
Que la paciencia es la que mantiene la esperanza.
Que nunca es tarde para arrepentirse y pedir perdón.
Que al sentir una mirada, un corazón enamorado puede
embriagarse.
Que sí se puede aprender a confiar nuevamente.
Que yo no puedo enseñarte lo que no tengo; pero sí
podemos intercambiar lo que sabemos.
Que hay que decir lo que se sienta, hacer lo que se
piensa, y dar lo que se tenga.
Que cuando un amigo se va, es que ha realizado la
función por la que estaba en nuestra vida.
Que la desconfianza nos hace no salir a la ventana
para ver quién llama.
Que es de sabios saber cuando hablar y cuando callar.
Que las palabras jamás se podrán recoger una vez que
han salido de nuestra boca.
Que hay que pensar muy bien antes de hablar, calmarse
cuando se esté airado, resentido y hablar sólo cuando
se esté en completa paz.
Que hay un lugar en el corazón donde habita la
esperanza y es en ese lugar de nuestro corazón donde
encontramos el calor necesario para sufragar las
noches solitarias de recuerdos y desengaños.
Que aún hay esperanza.
Que si hacemos y vivimos de acuerdo a nuestro corazón.
Si damos lo mejor de nosotros cada instante de nuestra
vida.
Si amamos desinteresadamente.
Si hacemos a los demás lo que nos gusta o deseamos que
nos hagan a nosotros; este mundo en el que vivimos
puede cambiar.
Que la vida es hermosa.
Que nos llena de oportunidades para sentirnos felices
de estar vivos.
Que nunca es tarde para comenzar de nuevo, para hacer
caminos, para lograr que todos vivamos dignamente y en
paz.
Que sin Dios nada somos, nada seremos y nada
lograremos, debemos dejar que El tome el control de
nuestras vidas y asi poder alcanzar las bendiciones y
el proposito que El tiene para con nosotros.