De adeveras te lo digo

Autor: Rogel Gutiérrez Díaz

 

De adeveras te lo digo,
Me voy, padre, de tu casa...
Lo digo así, ¡de tu casa!
Porque no la siento mía.

Porque aunque aquí he vivido
Desde el día en que nací,
Cuando empecé a comprender,
Entendí que con nacer,
No basta para ser hijo.

Por eso me voy, y ¡gracias!
Lo digo sinceramente.
Nada me faltó a tu lado,
Ni la casa ni la escuela,
Ni el doctor, ni el juguete favorito;
Ni la ropa que hoy me viste
ni el coche que ayer usé.

Porque quiero –siempre quise-
Algo más que no me diste
Y tu abultada cartera,
Fuente siempre surtidora
De remedios materiales,
Nunca contuvo billetes
Para comprar un minuto
De tu atención necesaria,
De un tiempo fundamental
Para ocuparte de mí.

Pensarás que fui un buen hijo
Porque nunca te enterabas:
¿Sabes que troné en la escuela?
¿Qué terminé con mi novia?
¿Qué corrí una borrachera en antros de mala nota?
¿Qué hacía pinta en el colegio?
¿Qué probé la mariguana?
¿Qué robaba a mamá?

No, no lo sabes.
¡No hubo tiempo de pensar en cosas triviales!

Total, los adolescentes
Somos traviesos y flojos.

¡Pero al hacernos hombres
enderezamos los pasos!
Pues no, padre, no era el caso.

Y toda mi delincuencia,
Era un grito de llamada
Al que jamás contestaste.

¡Que quizá nunca oíste!
Por eso, si hoy me preguntas
En qué punto me fallaste,
Sólo podría responderte
Padre... ¡Me fallaste!



¿Que qué voy a hacer?...
¡Quien sabe!
¿A dónde iré?...
¡Que importa!
Dónde encontraré dinero
Para pagar esta vida
A la que me has acostumbrado?...
No puedes creer que viva
Sin aire acondicionado,
Sin feria para el disco,
Sin las chicas, sin las fiestas;
Sin un padre involucrado
En industrias y altas empresas.

Que es importante en política
Que ha viajado al extranjero
Y frecuenta altas esferas
¿qué no he de vivir sin esto?
¿qué así mi vida está hecha?

¿Y quien dijo que era vida
La estancia en estos salones
Por los que sales y entras?
Pero nunca puedo verte ni decirte:
Padre, ¿hoy si te quedas?
Nunca he vivido en tu casa.

Nunca ha sido vida ésta...
Ahora es que voy a vivir
Fuera de aquí, lejos de ti
Sin la esperanza que vengas a mí
Y nunca llegas.

Me voy padre...

Tus negocios, en inversiones de amor,
Se han ido a la bancarrota
Y declaras tu quiebra en el comercio de mi amor.

Pagaste caro, y hoy pierdes casi toda la inversión.
Pero si sacas en venta
Los pocos bienes que te quedan para salvar el negocio
¡Me propongo como socio!

Y atiende bien a mi oferta, que no habrá mejor postor:
Yo te compro para padre
El tiempo que no tuviste para dárselo a tu hijo.

Te compro para gozarlo
Todo ese cariño inútil que nunca supiste usar.

Pagaré bien por tu risa, tu palabra, tu preocupación,
Tu celo y tu caricia.

Te los compro
Escucha el precio, que aunque no sé de finanzas,
Podré ser buen comprador

Y si te vendes para padre,

¡YO TE PAGO CON EL CORAZON!