Convirtiendo la vida en un don

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Había una vez una mujer ya entrada en años, a la cual no obstante haber perdido a todos los miembros de su familia, se le veía feliz.

Movido por la admiración que me causaba su actitud y le pregunté, ¿cual era la causa que le permitía ser tan diferente?, Verá usted, me contestó, tengo muchos familiares que ya han muerto, pero celebro gozosamente su cumpleaños: busco algún objeto que haya sido de su preferencia en ésa fecha especial, y lo llevo a quien lo necesite.

¿Que el cinco de enero es el cumpleaños de mi hermano que murió de muchacho? Pues le voy a regalar esa bici convertida en dinero, entregándolo en metálico para la Santa Infancia. ¿Que el tres de febrero era cumpleaños de mi madre? Pues voy a regalarle ese vestido que tanto le gustaba en un donativo para la Campaña contra el Hambre. ¿Que hoy es el dia del Pilar, cumpleaños de mi padre? Bueno , pues celebraríamos yéndonos a un buen restaurante. Bueno pues mandaré el importe al asilo de ancianos, para que les den hoy un postre más.

<<Y usted sabe ---me dice esta señora--- que felices se han vuelto esos cumpleaños. Me ha dado una paz y una alegría que ahora no tiene nombre, pues me parece que los "míos" siguen más vivos ahora, a través de los otros. Además eso me ha descubierto y como vacunado contra la tentación del "¡pobre de mí!" o del "¿porqué Dios Mío?">>