Arreglos de alma alrededor de un nacimiento

Autor: Padre Gustavo Manrique

 

¿Adónde acunaré mis sueños?
¿Adónde sembraré mis lágrimas y mis alegrías?
¿Adónde lanzaré mis esperanzas?
¿Adónde gastaré mi vida?
¿Adónde descansarán mis esfuerzos?

Que se apaguen las luces del mundo,
y se ilumine el interior de cada corazón;
que se callen los ruidos del mundo,
y se haga Palabra el silencio del alma.

La lluvia canta su canción afuera,
y a veces llueve adentro.
El sol despereza cada mañana los recuerdos,
y a veces anochece adentro.
El cielo hace techo al peregrino,
y a veces sin casa adentro.

Hogar es apagar las luces de afuera
y encenderse por dentro.
Hogar es nacer de nuevo
habiendo muerto muchas veces.

Tengo ante mis ojos al hombre de la espera,
humanidad de la promesa.
Tengo ante mis ojos sufrimientos,
tierra herida por el surco de la siembra.
Tengo ante mis ojos alegrías,
compañía de la cosecha en la mano repleta.
Tengo ante mis ojos un gran deseo:
¡conversar con Dios cara a cara!
¡Piedad, Señor!, ¡piedad!

Tengo ante mis ojos a la mujer del silencio y de la escucha,
Belleza inmaculada, encendida de Luz por dentro.

¡María!, no sé si tus ojos existen o es un corazón que mira!
¡María! no sé si tus manos existen o es un Dios que mima!
¡María! si tu Nombre dejara de acariciar mis labios,
¡moriría!

Tengo ante mis ojos a Gabriel, Arcángel de Dios,
mensajero de Buenas Noticias.
Necesita Dios una cuna para hamacar el Nombre de la ternura,
serás María una mamá,
¡comprenderás y cantarás!
Necesita Dios una tierra para acampar en la Noche Buena,
serás María la humanidad sedienta,
¡concebirás y amarás!

Tengo ante mis ojos un sí hecho esclava,
¡doncella sencilla la más bella!

Tengo ante mis ojos al hombre de la fidelidad y de la justicia,
Espejo de la estirpe de Israel, José nasar, carpintero.
Tengo ante mis ojos la obediencia y el trabajo, el hogar y la familia.

Tengo ante mis ojos el plan de Dios.
Hogar.
Familia.
Nació.