Amor es someterse
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Oh Mi alma que te has escondido en Mi Pasión, ¡cuán dulce es a tu Salvador, cantar tu victoria! Eres sangre de Mi Sangre, vida de Mi Vida, más aún eres justamente la causa de Mi Victoria. Yo permanecí colgado en la Cruz, no por Mi Gloria, sino por la Gloria de Mi Padre; Me dí todo por Su alegría y la alegría de El es la conquista de los que había perdido. Así Yo canto tu victoria, es decir por la Gloria del Padre, puesto que Yo vivo y glorifico cada instante la vida y la Gloria del que Me mandó a ustedes.
Sépanlo todos, no amo sino el agrado de Mi Padre, por eso Yo glorificaré a todo el que Le da contento, porque en ese contento está la Vida Divina que del Padre va al Hijo y de Este retorna al Padre por medio del Espíritu de Amor.
Ámame, ámame mucho, hijita, piensa que amar es renunciar a la propia voluntad: es renunciar y entregarse al amado, sufriendo por él cuanto sea preciso: por ese amor que él da.
Amar es someterse, hacerse tan pequeño hasta dejarse pisar y despreciar aún por la más vil criatura; si llega el caso. Amar es relegarse al último término, renunciando aún a los propios merecimientos y soportar sin reproches que, indebidamente se los apropien los otros y hacerlo... por el amado, para merecer su amor.
Yo hice eso, hice el bien, ayudé al necesitado, levanté al caído y no tuve más que deslealtad, ingratitud por toda recompensa.
Ámame tú, entrégate completa y voluntariamente. Sufre Conmigo, también resistí ese dolor, ¿no querrás tú hacerlo?
El mundo se precipita en el abismo conscientemente, sin aceptar la ayuda que Mi Corazón le brinda, luego será el llorar y desesperarse: la humanidad gemirá bajo el azote merecido.
Hay que expiar y orar porque el castigo vendrá: pero si se hiciera penitencia, las almas se confiarían a Mi Corazón...
Yo prometo en la ternura y grandeza de Mi amor, librar a los hombres del rigor de la justicia Divina, llevándolos a puerto seguro, donde ni el terror ni la muerte puedan ya dañarlos... Sufre, expía Conmigo.
Jesús
Obtenido: Apostolado de la Nueva Evangelización