Alégrate

Autor: Amado Nervo

 

Si eres pequeño, alégrate;
porque tu pequeñez sirve de contraste 
a otros en el universo; porque esa pequeñez 
constituye la razón esencial de su grandeza; 
porque para ser ellos grandes,
han necesitado que tu seas pequeño, 
como la montaña para culminar 
necesita alzarse entre colinas, lomas y cerros. 

Si eres grande, alégrate, 
porque lo inevitable se manifestó en ti 
de manera excelente, 
porque eres un éxito del artista eterno. 

Si eres sano, alégrate; 
porque en ti las fuerzas de la naturaleza 
han llegado a la ponderación y a la armonía. 

Si eres enfermo, alégrate; 
porque luchan en tu organismo 
fuerzas contrarias que acaso buscan 
una resultante de belleza 
porque en ti se ensaya ese divino alquimista 
que se llama el dolor. 

Si eres rico, alégrate, 
por toda la fuerza que el Destino 
ha puesto en tus manos 
para que la derrames... 

Si eres pobre, alégrate; 
porque tus alas serán más ligeras; 
porque la vida te sujetará menos; 
porque el Padre realizara en ti 
más directamente que en el rico, 
el amable prodigio periódico del pan cotidiano... 

Alégrate si amas; 
porque eres más semejante a Dios que los otros. 

Alégrate si eres amado; 
porque hay en esto 
una predestinación maravillosa. 

Alégrate si eres pequeño, 
alégrate si eres grande; 
alégrate si tienes salud; 
alégrate si la has perdido; 
alégrate si eres rico; 
si eres pobre, alégrate; 
alégrate si te aman; 
si amas, alégrate; 
¡alégrate, siempre, 
siempre, siempre!