A Cristo en la cruz

Autor: Luis de Góngora

 

 

Pender de un leño, traspasado el pecho,
y de espinas clavadas ambas sienes;
dar tus mortales penas en rehenes
de nuestra gloria, bien fue heroico hecho.

Pero ¿qué fue nacer en tanto estrecho
donde para mostrar en nuestros bienes,
a dónde bajas, y de dónde vienes,
no quiere un portalillo tener techo.

No fue esta gran hazaña, ¡oh gran Dios mío!,
del tiempo, por haber la helada ofensa
vencido en tierna edad, con pecho fuerte;

qué más fue sudar sangre, que haber frío,
sino porque hay distancia más inmensa
de Dios a hombre, que de hombre a muerte.