Cómo y en qué lugar me puedo comunicar con Dios

Autor:

 

 

Las personas cuando quieren hablar con Dios 
sienten que debe haber un lugar en donde hablarle, 
pero en realidad un lugar en lo físico no existe,
y no existe porque Dios es un Todo 
y definitivamente es imposible decir 
que estará solamente en un sitio.

Dios está en nuestro corazón, 
Dios es parte de nosotros,
Dios está en todos los lugares, 
entonces no hay un sitio,
no hay una forma
y no hay un método especifico para llamarlo.

A través de nuestras acciones, 
a través de nuestro comportamiento, 
a través de lo que nosotros sentimos 
es como podemos establecer una comunicación con Dios, 
cada cosa que nosotros hacemos 
es como si fuera un ritual a Dios, 
como si fuera una ofrenda.

¿Por qué? 
Porque es nuestro Creador, 
porque es parte de nosotros, 
porque está en nuestro corazón, 
porque no existirían humanos si no existiera Dios.

La forma en que puedes sentir que estás estableciendo 
una comunicación y una conversación con Dios, 
es darte un tiempo para poder sentirte feliz,
darte un tiempo para poder expresar esa felicidad a los demás,
para poder comunicar en tus acciones, 
en tus movimientos, en tu hablar, en tu caminar
todo el amor que le tienes a Dios.

Por ejemplo, como dice 
que los pajaritos cuando están tomando agua,
al elevar su piquito al cielo, 
están agradeciendo a Dios y están hablando con Él.

Con esta pequeña acción de los pajaritos, 
nos demuestra que cada cosa, cada ser vivo, 
cada humano en nuestras acciones, en nuestro caminar,
nos comunicamos todo el tiempo con Dios, 
que no hagamos conciencia de ello es otra cosa, 
pero nuestra comunicación con Dios es primordial, 
necesaria y existe siempre.


Cada cosa que hacemos es para Dios,
porque es para la felicidad,
porque es para nosotros y nosotros somos Dios, 
somos parte de ese Dios,
y Dios está en nuestro corazón.

Cada palpitar de nuestro corazón, 
cada vez que oyes tu corazón, su latir, 
ahí está ese lenguaje de y para Dios, 
cada palpitar es esa comunicación con Él 
que nos está dando la vida 
y nosotros se lo estamos regresando 
dándole las gracias.

En el mismo momento en que tu sangre está circulando,
tú estás hablando con Dios.