Armar rompecabezas

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Un atareado padre, para que su hijo le dejara tranquilo, le dio un mapa del mundo para que lo armara. El jovencito terminó al poco tiempo, lo cual sorprendió enormemente al padre, quien le preguntó: 
–– “¿Cómo pudiste terminarlo tan pronto?”.
–– “Fue fácil –contestó el niño–, en el otro lado había el rostro de un hombre”.