Rey y súbdito
Autor:
Federico el Grande, rey de Prusia, caminaba un día por las afueras de Berlín, cuando tropezó con un
hombre muy anciano.
–– “¿Quién eres?” –preguntó Federico, por simple curiosidad, cuando los dos se detuvieron.
–– “Soy un rey” –contestó el anciano.
–– “¿Un rey? ¿Sobre qué principado reinas?”.
–– “Sobre mí mismo –fue la orgullosa respuesta–. Yo me gobierno a mí mismo porque me domino a mí
mismo. Soy mi propio súbdito”.