El miedo terminó

Autor: Martín Luther King

 

 

Aquella noche sonó el teléfono, 
cuando contesté una voz agresiva me contestó. 
Era una llamada amenazadora,
había recibido otras antes, 
pero no se porque esta me espantó, 
sonó muy real para mi, 
aunque intenté calmar a mi esposa, 
no pude hacerlo conmigo mismo. 
Lleno de miedo sentí que había llegado a mi límite. 
Bajé al primer piso y allí, en la cocina, 
a la luz de una vela, me puse a rezar,
pidiendo auxilio a mi Señor.

"Estoy aquí por una causa que creo justa, 
pero en estos momentos tengo miedo. 
La gente espera de mí que la guíe y 
si me presento ante ellos despojado de fuerzas y de valor, también ellos flaquearán. 
Me siento falto ya de toda energía, 
nada me queda, 
he llegado al punto que no puedo enfrentarme solo
a esta situación".
En esos momentos experimenté algo
nunca antes sentido, 
sentí que Dios estaba a mi lado, 
me parecía escuchar la tranquila voz diciendo: 
"Defiende la verdad, defiende la justicia. 
Estoy siempre a tu lado"
Mis vacilaciones se desvanecieron, 
me sentí dispuesto a enfrentarme a lo que viniense.

Tres noches después arrojaron una bomba a nuestra casa, 
y mientras sacaba a mi familia 
en medio del caos y el espando, 
la calma se mantenía en mi alma. 
Sabía que Dios es capaz de proporcionarnos
recuersos para hacer frente a los problemas.

Por eso cuando estemos en medio
de la angustia y la zozobra, 
que la siguiente afirmación sea nuestro grito de aliento:

"CUANDO NEGROS NUBARRONES 
ENSOMBRECEN NUESTROS DÍAS Y 
NUESTRAS NOCHES APARECEN MÁS OSCURAS
QUE UN MILLAR DE MEDIANOCHES, 
RECORDEMOS QUE EXISTE UNA PODEROSA Y
BENÉVOLA PROVIDENCIA EN EL UNIVERSO,
CAPAZ DE ABRIR UN CAMINO 
DONDE NO LO HAY Y
DE TRANSFORMAR EL SOMBRÍO AYER 
EN UN LUMINOSO MAÑANA"