Aliento de amor que anima
Autor: Padre Guillermo Ortiz S.J.
No fue un viento cualquiera. Fue una caricia honda que estremeció al barro con la vida. Fue el mismo aliento vivo del Dios de la vida: <Dios sopló sobre el hombre y el hombre se convirtió en un ser viviente >. Esta chispa divina calienta dentro del alma. Es un fuego bellísimo que danza en la caricia a Dios ya los hermanos. La danza de la adoración y el servicio. Es la Llama del amor de Dios ya Dios. Es el Dios Amor uno y trino; el Dios comunidad que nos crea familia, a su imagen y semejanza. Después vino el drama del hombre. El drama del aliento extenuado en el huracán de violencia contra el hermano, por el culto a los ídolos y el servicio a sí mismo. Sin tu Aliento divino nos invadió el vacío y el frío de la soledad. Tu corazón y el mío embriagados antes de la ternura del amor. se perdieron en la orfandad y el sin sentido.
Restáuranos Señor, regenéranos, fecúndanos de nuevo con tu espíritu de amor para que estemos nuevamente en esta danza bellísima de la vida y el servicio.
Fuente: Reflexiones 21, Misión Jesuita Multimedia - Compañía de Jesús - Argentina