Hijo Sí, pero "Amigo" No

Autor:  Padre Guillermo Ortiz SJ.

 

 

‘¿Son más los papás que quieren ser amigos de sus hijos, que los hijos que quieren ser amigos de sus padres?’, se pregunta Teófilo Pereira, y confiesa que no lo sabe. Y dice: ‘En realidad no sé si será muy ‘teológico’, pero estoy pensando que se puede ser hijo sin ser amigo. Pienso que así como un hijo puede ser o no ser amigo de su padre, así los cristianos somos hijos de Dios por el bautismo, pero no siempre somos amigos de Dios. Dios nos adopta como hijos en el bautismo y nos ofrece con generosidad la herencia de su amor’.
‘Pero aún siendo hijos con todos los papeles, podemos rechazar la amistad de Dios y vivir como huérfanos, sin familia, sin padre, sin herencia.’ 

Entre la muchedumbre inmensa de humanos, hay miles y miles de hombres y mujeres que llevan en su frente la marca invisible de Dios, porque en el bautismo fueron ungidos con el óleo, con el Santo Crisma. A ellos y a todos los hombres y mujeres del mundo Jesús, Hijo de Dios, les ofrece la posibilidad de ser hijos de Dios por al Bautismo, y el gozo y la fuerza de esta filiación que es la amistad con Dios y con la gente; esa comunión en el sentir y el pensar que es tan necesaria entre los padres y los hijos que viven el mismo espíritu de familia. Los más amigos de Dios y de la gente son los santos.

Gracias Señor, por ofrecerme un pacto de amistad.