¿En qué se percibe diferente al católico?

Autor:  Antonio Maza Pereda

 

 

Hace algún tiempo, con un grupo de amigos, organizamos algunas reuniones de reflexión sobre diversos temas relacionados con la religión católica. Uno de los temas que me pareció muy interesante tiene que ver con nuestra identidad de católicos. La pregunta que se trataba de resolver era: ¿Qué hace diferente a un católico de una persona buena, honesta, caritativa, en resumen, una persona con todas las cualidades, y que no sea católica? Puesto de otro modo: poniendo aparte las cualidades de la persona, ¿en qué está la diferencia que nos da la fe católica?

No es fácil responder esta pregunta y, francamente, me parece que es una cuestión que deberíamos tener muy clara. 

Sí, esperamos que un católico sea bueno, pero hay otros que no son católicos y que son tan buenos como cualquiera de los santos. Pero, entre dos personas igualmente buenas, una de ellas católica y la otra con otra religión o sin religión, ¿cuál es la diferencia? ¿En qué se nota la catolicidad de las personas?

El tema no es trivial. Si no podemos responder a esa pregunta, podríamos llegar a la conclusión de que todas las religiones son iguales y, estamos seguros, no es así. 

Creemos, por la fe, que nuestra religión, la gracia sacramental y todas las gracias que el catolicismo nos procura, tienen un efecto y que éste es importante. Pero, ¿cuál es ese efecto?

No creo tener la respuesta completa y sería interesante el buscar que algunos de los que lean este artículo, más ilustrados que su servidor, opinaran también sobre el tema. A mí se me ocurren tres aspectos:

1.- La actitud ante la muerte: Un católico santo espera la muerte sin temor, creyendo que del otro lado de esta vida está un Padre amoroso que nos creó para ser felices y que su Hijo murió por nosotros. Que nuestra salvación no depende de la fuerza de nuestra fe sino, sobre todo, de la misericordia de Jesús. Para otras religiones, la salvación depende de una predestinación, o de la fuerza de la fe de cada uno, o del fruto de las obras, como en el caso de quienes creen en la reencarnación. O de que se hagan ciertas ceremonias del modo adecuado. ¿Cómo estar seguros? ¿Cómo evitar el temor de haber fallado? 

2.- La actitud ante el pecado: El católico cree que la confesión le libra de la mancha de los pecados. Otras religiones creen que el pecado se borra pidiéndolo a Dios pero, ¿cómo estar seguros de que hemos sido perdonados, de que nuestra petición fue digna de ser escuchada? 

3.- La posibilidad de estar en el error: El católico cree que, como parte de su servicio a cada católico, el Papa recibe una asistencia especial del Espíritu Santo, que hace que no cometa error en materia de fe. Otras religiones tienen múltiples maestros, con ideas que muchas veces se contradicen, y que se dividen entre sí constantemente. ¿Cómo saber donde está la verdad, una verdad de la que depende nuestra salvación?

Si sumamos lo anterior, podríamos decir que un católico con una fe fuerte, que hace el bien, tendrá una gran paz ante la muerte, ante sus fallas, ante la veracidad de sus creencias. ¿Serán estas las diferencias? Yo creo que, en gran parte, ahí está la respuesta a la pregunta con que se inició este artículo.

Fuente: elobservadorenlinea.com