Limpiar el alma

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Recuerdo cientos de veces que he visto
a personas que se dirigen 
a alguna actividad formal, 
o una cita tal vez, 
y que al salir han notado 
alguna mancha en su ropa. 
¿Qué harías tú? 

Bueno, 
la mayoría de gente vuelve y trata 
de eliminar la mancha y en muchos casos
hasta cambiarse la ropa. 
si esto lo hacemos con algo 
tan superficial como la ropa. 
La pregunta sería :

¿Tenemos ese mismo cuidado 
con nuestra alma? 
¿Acaso nos preocupamos por tener
nuestra alma limpia 
delante de el único que puede verla?

La diferencia es que no todos 
pueden ver las manchas o la suciedad 
de las almas,
y eso nos hace pensar en que
si nadie lo ve, 
¿a quien le interesa?.

Al fin y al cabo lo que importa es la apariencia, lo que se ve, lo que se presume.
Y esa es la idea que hoy en día se nos vende. Debemos preocuparnos más 
por nuestro interior, 
pues a fin de cuentas.
¿Acaso no es el alma lo que perdura? 
¿No se arruga la piel y se envejece el cuerpo? ¿La ropa de moda hoy 
mañana será vista como obsoleta y 
hasta ridícula, 
y nos seguimos preoupando por esas cosas.

Decídete a cambiar de actitud, 
y reflexiona en el estado 
que se encuentra tu alma,
la cual siempre puede ser renovada,
cambiada y limpiada por Jesús.
Y no pienses que eres 
demasiado mala o malo para buscar el perdón,
o decir que no tienes remedio 
pues siempre hay una solución.

Estás a tiempo! 
Limpia tu Alma. 
Jesús te espera con los brazos abiertos.