Los cuatro acuerdos de la sabiduría de los Mayas
EL PRIMER ACUERDO: SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS
El Primer Acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras. Parece muy simple, pero es
sumamente poderoso. ¿Por qué tus palabras? Porque constituyen el poder que tienes para crear.
Son un don que proviene directamente de Dios. Esta magia es tan poderosa, que una sola palabra
puede cambiar una vida o destruir a millones de personas.
EL SEGUNDO ACUERDO: NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE
El Segundo Acuerdo consiste en no tomarte nada personalmente. Suceda lo que suceda a tu
alrededor, no te lo tomes personalmente. El motivo de que estés atrapado es lo que llamamos «la
importancia personal». La importancia personal, o el tomarse las cosas personalmente, es la
expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor.
EL TERCER ACUERDO: NO HAGAS SUPOSICIONES
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que
suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o
piensan –nos lo tomamos personalmente–, y después, los culpamos y reaccionamos enviando
veneno emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que hacemos
suposiciones, nos buscamos problemas. Hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos
lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada. Toda la tristeza y los
dramas que has experimentado tenían sus raíces en las suposiciones que hiciste y en las cosas que te
tomaste personalmente. Concédete un momento para considerar la verdad de esta afirmación. Toda
la cuestión del dominio entre los seres humanos gira alrededor de las suposiciones y el tomarse las
cosas personalmente.
EL CUARTO ACUERDO: HAZ SIEMPRE TU MÁXIMO ESFUERZO
Bajo cualquier circunstancia, haz siempre tu máximo esfuerzo, ni más ni menos. Pero piensa que eso
va a variar de un momento a otro. Todas las cosas están vivas y cambian continuamente, de modo
que, en ocasiones, lo máximo que podrás hacer tendrá una gran calidad, y en otras no será tan
bueno. Cuando te despiertas renovado y lleno de vigor por la mañana, tu rendimiento es mejor que
por la noche cuando estás agotado. Lo máximo que puedas hacer será distinto cuando estés sano
que cuando estés enfermo, o cuando estés sobrio que cuando hayas bebido. Tu rendimiento
dependerá de que te sientas de maravilla y feliz o disgustado, enfadado o celoso.