El huerto de los monjes

Autor: Justo López Melús 

 

 

Vivían en un mism recinto dos monjes, conocidos por su humildad y paciencia. Cuidaban mucho su pequeña choza, rodeada de un pequeño huerto, bien regado, que les ofrecía hortalizas y frutas en abundancia. Tanto que podían ofrecer a otros ermitaños, que no tenían huerto. También tenían flores y hierbas olorosas para adornar el altar del oratorio. Todos contaban maravillas de los dos monjes.
Un día un anciano monje, que había oído hablar muy bien de ellos, quiso salir de dudas y fue a verlos. Después de la oración le llevaron al jardín. 

 

E inesperadamente tomó un bastón y empezó a golpear como loco las hortalizas, los pepinos, las flores. La reacción de los monjes fue inesperada: «Padre, si te parece, recogeremos algo de la berza que ha quedado, la coceremos y la comeremos los tres juntos». El viejo monje los abrazó y dijo: «Me quedo con ustedes, pues veo que Dios habita en este aposento».